1 Descripción clínica
La poliomielitis
es una enfermedad vírica aguda, cuya gravedad varía desde una infección
asintomática hasta enfermedad febril inespecífica, meningitis aséptica,
enfermedad paralítica y muerte. Los síntomas de la «enfermedad menor», incluyen
fiebre, malestar general, cefalea, náusea y vómito; si la enfermedad evoluciona, pueden
aparecer mialgias intensas y rigidez del cuello y la espalda, con o sin parálisis flácida. La
parálisis de los músculos de la respiración y la deglución con frecuencia amenaza la vida.
En nuestro medio esta enfermedad también se llama: Parálisis Infantil, Fiebre Polioviral, Suchuusu, (aymara) Suchuonqoy
(Quechua)
2 Aspectos clínicos
En Bolivia la ultima epidemia se produjo en el año 1979,
habiéndose registrado 433 casos. En septiembre de 1994 la Comisión Internacional de
Certificación de la Erradicación de la Poliomielitis (CICEP) declaró que se
había interrumpido la transmisión del polio virus salvaje en las Américas.
Muchas personas infectadas con el poliovirus, presentan
cuadros leves. que
no pueden distinguirse clínicamente de otros padecimientos en los cuales hay
fiebre, dolor muscular, cefalea, vómitos, náuseas, rigidez del cuello y de la
espalda y con menor frecuencia signos de meningitis aséptica (no bacteriana).
Las infecciones subclínicas son comunes, la razón entre estas y las cllnicas
oscila de 100 a 1 y de 1000 a 1.
Los niños de mayor edad y los adultos corren más riesgo de
contraer la enfermedad paralitica, y en estas personas la tasa de letalidad oscila entre 2 y
20 %.
Cuando la parálisis afecta al bulbo raquideo o los órganos
respiratorios la tasa puede ascender al 40%.
En el programa de erradicación de la poliomielitis, se hace hincapié en la vigilancia de
todos los casos de parálisis flácida aguda (PFA), cualquiera que sea su causa, en los niños menores de quince años.
Todo caso de PFA detectado deberá investigarse de inmediato (dentro de las 48 horas
siguientes), a fin de descartar al poliovirus salvaje como causa.
Es habitualmente flácida
Dificultad al pararse y caminar
Está precedida de fiebre moderada, dolores musculares, dolor de cabeza, nauseas, vómitos, rigidez de cuello y espalda. Con
menos frecuencia, signos
de meningitis aséptica.
En su mayoría no hay pérdida de sensibilidad
Las piernas se afectan más que los brazos
Es generalmente asimétrica
Lo más común es la parálisis de una pierna, seguida de un
brazo o de ambas piernas o ambos brazos.
Son pocos los niños mayores y adultos susceptibles.
3 Diagnóstico
Ver en Vigilancia en este mismo capitulo
4. Diagnóstico diferencial
Se deben investigar todos los casos de PFA en menores de
15 años que no sean por causa traumática evidente. Cuando hay una presunción firme de
poliomielitis en personas mayores de 15 años. estos casos también deben investigarse exhaustivamente.
En la fase aguda. la poliomielitis es difícil de confirmar solamente
mediante síntomas y signos, en vista de que hay otras enfermedades - como el
Sindrome de Guillain Barré y la Mielitis Transversa, - que producen síntomas similares.
Otras enfermedades con las cuales se confunde la poliomielitis son la Neuritis
Traumática, tumores, meningitis, encefalitis e intoxicaciones.
En la poliomielitis, las secuelas generalmente son graves y permanentes, en
cambio en las enfermedades antes mencionadas, tienden a resolverse 60 días
después de su início.
Las parálisis de los miembros, flácidas y asimétricas, o
las parálisis bulbares sin pérdida sensorial durante una enfermedad febril
aguda en menores o adultos jóvenes, indican casi siempre una poliomielitis, aunque en raras ocasiones ciertos
virus coxsackie y ECHO producen el mismo cuadro clinico.
En el síndrome de Guillain-Barré, confundido a menudo con
la poliomielitis paralítica, no suele haber fiebre, la hipotonia muscular es
simétrica, los hallazgos sensoriales aparecen en el 70% de los casos y las
proteínas del LCR suelen hallarse notablemente elevadas en presencia de un número
normal de células.
También se debe tener en cuenta a la afectación del SNC
debido al virus de la parotiditis o al virus
del herpes simple, meningitis tuberculosa o absceso
cerebral y, en ciertas áreas geográficas, la meningoencefalitis debido a
arbovirus.
La poliomielitis no paralitica no puede diferenciarse
clínicamente de la meningitis aséptica debida a otros agentes; para confirmar
el diagnóstico se requiere el aislamiento del virus en la faringe y/o heces
o la demostración de un aumento de los anticuerpos.
5. Complicaciones
La insuficiencia respiratoria puede ser debida a la
afectación de la médula espinal que causa parálisis de los músculos de la
respiración o a la lesión producida por el virus de los centros respiratorios
del bulbo y la parálisis de los músculos inervados por los pares craneales. La
respiración artificial es el tratamiento para ambos casos.
En los pacientes con hipotonia del músculo faríngeo,
dificultad para tragar, incapacidad para toser y acumulación de secreciones
broncotraqueales debe instituirse drenaje postural y aspiración. A menudo se
requiere intubación o traqueostomía.
6. Tratamiento
El tratamiento es
sintomático
Los pacientes con poliomielilis abortiva o no palalítica
leve sólo precisan reposo en cama durante varios días. El tratamiento sintomático con analgésicos y antipiréticos
puede ser útil.
Durante la mielitis activa está indicado el reposo en una
cama dura y con estribos, para ayudar a prevenir la caída del pie. El espasmo
y el dolor muscular se pueden aliviar con varias aplicaciones diarias de
compresas calientes y húmedas durante 20 minutos cada vez.
La retención urinaria, una complicación frecuente en los
pacientes con parálisis de la pierna, puede responder a un parasimpaticomimético
como el betanecol, a dosis de 5-30 mg p.o. ó
0.6 mg/kg/d por via S.C.,
fraccionadas c/6 a 8 horas. No obstante, a menudo es preferible un programa de sondaje
intermitente para disminuir la posibilidad de desarrollar una infección
urinaria. Si ésta aparece, está indicado el tratamiento con un antibiótico
apropiado y una gran ingesta de liquido para impedir la formación de cálculos
urinarios de fosfato cálcico.
La terapéutica física es la parte más importante del
tratamiento de la poliomielitis paralítica durante la convalecencia.
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